El grupo de investigación «Por un México Moderno», integrado por analistas, funcionarios con experiencia y académicos, ha identificado en su análisis «Con una mirada hacia adelante» que una de las necesidades más urgentes de México es sanear financieramente las empresas energéticas del Estado, como Petróleos Mexicanos (Pemex). Según el grupo, la viabilidad financiera de estas empresas solo puede asegurarse a través de inversiones de terceros que se asocien o inviertan en el sector, dado que sin ello, el monto necesario para la recuperación es incalculable.
El análisis destaca que, junto a Pemex, otras instituciones críticas para el funcionamiento del país, como los sistemas de salud, educación, y agua, así como el Poder Judicial, necesitan una reestructuración integral que incluya cambios en misión, estrategia, talento y cultura.
Guillermo García Alcocer, expresidente de la Comisión Reguladora de Energía y uno de los participantes en el análisis, mencionó que no se debería recurrir a transferencias o subsidios extraordinarios para sanear a Pemex, sino más bien buscar eficiencias operativas y estrategias rentables, como ajustar la operación de las refinerías a sus capacidades diseñadas y valorizar adecuadamente los productos refinados.
El estudio revela que las pérdidas por barril refinado en Pemex aumentaron dramáticamente, lo cual se debe a un mantenimiento insuficiente, paros operativos y un incremento en accidentes. Como parte de la solución, el grupo propone reactivar los farmouts o licitaciones para asociaciones en exploración y producción, establecer un esquema fiscal competitivo para todos los operadores petroleros, operar la refinación con estándares internacionales de márgenes y volúmenes, y hacer cambios en la gestión de su subsidiaria de Transformación Industrial para eliminar sobrecostos.
Estas medidas, junto con la necesidad de acuerdos sindicales que promuevan la formación y captación de personal especializado, son vistas como esenciales para el resurgimiento de Pemex y, por extensión, para la estabilidad económica del país.
Con información de El Economista | Nota original