La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se encuentra actualmente dedicada a la rehabilitación de 496 km de carreteras dañadas en el sureste del país debido al transporte de materiales necesarios para la construcción del Tren Maya, siguiendo las instrucciones del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Para esto, se ha destinado una inversión federal de 1,580 millones de pesos.
Estos trabajos se llevarán a cabo en 20 tramos distribuidos de la siguiente manera: cinco en Campeche, dos en Chiapas, cinco en Quintana Roo, dos en Tabasco, dos en Veracruz y cuatro en Yucatán. A través de estas vías se movilizan rieles, durmientes, maquinaria pesada, cemento y estructuras metálicas, entre otros materiales.
Recientemente, el gobierno federal transfirió 5,000 millones de pesos a la Sedena para encargarse de la rehabilitación de 2,381 km de carreteras, tras la cancelación del programa nacional de reconstrucción y conservación de carreteras de este año a cargo de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), que tenía un presupuesto de 11,000 millones de pesos. Ante la urgencia de los plazos y el cierre del actual sexenio, se priorizaron los 496 km en el sureste, junto con 112 km de rehabilitación de la carretera Toluca-Ciudad Altamirano.
Hasta la fecha, se tiene certeza de que la Sedena está a cargo del 26% del total previsto originalmente, mientras que el sector privado ha solicitado claridad sobre los planes para el mantenimiento del resto de las carreteras y evitar posibles afectaciones.
Aunque no se han proporcionado detalles sobre el progreso de los trabajos, ya se han subcontratado empresas locales para algunas áreas debido a la magnitud de los trabajos. Los tramos que recibirán más recursos están en Tabasco y Quintana Roo, con inversiones significativas para la recuperación del pavimento y otras mejoras necesarias.
A finales de enero, el presidente de la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya mencionó que la reparación de carreteras afectadas por la construcción del Tren Maya era uno de los grandes retos de la región para este año.
Con información de El Economista | Nota original