Al concluir el año 2023, las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo (Socaps) en México experimentaron un crecimiento notable en términos de socios, activos y presencia, consolidando así su papel crucial en la inclusión financiera del país. Estas instituciones cerraron el año con un total de 8 millones 949,000 socios, lo que representa un aumento del 3.8% respecto al año anterior, según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
En particular, la Caja Popular Mexicana (CPM), una de las cooperativas más grandes del sector, registró un aumento impresionante en su base de socios, añadiendo 39,914 nuevos miembros en el último trimestre del año, para alcanzar un total de 3 millones 404,687 socios. Este crecimiento de 4.3% anual en su membresía es indicativo de la confianza y el valor que los mexicanos encuentran en las cooperativas como alternativas viables al sistema bancario tradicional.
Además, CPM ha ampliado su red de sucursales, abriendo nuevas oficinas en Hidalgo, Coahuila y Tamaulipas, incluyendo la sucursal Altamira en Tamaulipas con más de 15,000 socios y la sucursal Pachuca en Hidalgo que ha demostrado una fuerte demanda de servicios financieros en la región.
A nivel de tecnología, CPM y otras Socaps han realizado importantes inversiones para mejorar la experiencia digital de sus clientes. Esto incluye la expansión de servicios en línea y el desarrollo de aplicaciones móviles, lo que permite a los socios realizar transacciones financieras de manera más eficiente y accesible, reduciendo la dependencia de las sucursales físicas.
En términos financieros, las Socaps reportaron un incremento en los activos totales, alcanzando 253 millones 316,566 pesos en 2023, lo que supone un crecimiento del 7.7% respecto al año anterior. De estos, CPM representó el 36.9%. La cartera vigente del sector también experimentó un crecimiento saludable del 10.8%, ascendiendo a 141 millones 559,282 pesos, con CPM contribuyendo con el 35% de esta cartera.
A pesar de estos números positivos, el sector no está exento de desafíos, como lo demuestra el índice de morosidad general del 4.25%. Además, algunas cooperativas como Caja Solidaria Santiago Papasquiaro y Caja Solidaria Campesinos Unidos de Culiacán enfrentan desafíos regulatorios y financieros que requieren atención para garantizar su estabilidad y conformidad con las normativas de la CNBV.
El panorama para las Socaps es alentador, y su rol en el fortalecimiento de la inclusión financiera en México es cada vez más crucial. Con su enfoque en la colaboración y la comunidad, las Socaps demuestran ser una parte esencial del ecosistema financiero, ofreciendo alternativas inclusivas y accesibles para una amplia gama de ciudadanos.
Con información de El Economista | Nota original