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Streaming que cuesta: ¿realmente lo usas?

Las plataformas de streaming ofrecen entretenimiento ilimitado, pero si no les sacas provecho, pueden convertirse en un gasto silencioso que afecta tus finanzas personales.

Con el cierre de 2024 acercándose, es momento de reflexionar sobre los gastos que a menudo pasan desapercibidos, como las suscripciones a servicios de streaming. Aunque pueden parecer accesibles por separado, al acumularse y no ser utilizados con frecuencia, se transforman en un gasto innecesario mes tras mes.

Hoy en día, ver películas, series, deportes o escuchar música desde casa se ha vuelto algo cotidiano gracias a las plataformas digitales. Sin embargo, con el crecimiento de la oferta y variedad de paquetes, es fácil perder el control de lo que realmente consumimos.

Cada servicio ha diversificado sus planes: algunos ofrecen mejor calidad de imagen, otros más dispositivos o ausencia de anuncios, todo dependiendo del precio. Netflix, por ejemplo, tiene tres niveles de suscripción con costos entre 119 y 329 pesos, mientras que otras plataformas como Prime Video, Max o Disney+ también han establecido distintos precios según las características de cada plan.

A esto se suma la tendencia de domiciliar los pagos, lo que hace que muchas veces olvidemos que seguimos pagando por servicios que no utilizamos. Además, algunas plataformas ya han limitado el compartir cuentas, y los usuarios deben pagar cargos extra si quieren agregar a personas fuera del hogar.

En el ámbito musical, los servicios de streaming como Spotify, Apple Music o YouTube Music también presentan múltiples opciones. Los precios varían entre 69 y 199 pesos mensuales, según el tipo de usuario (individual, estudiante, dúo o familiar). De nuevo, el riesgo está en pagar sin aprovechar.

Para evitar estos gastos invisibles, especialistas recomiendan revisar con qué frecuencia usamos cada plataforma y si realmente compensa el costo. También es clave verificar si algún servicio viene incluido en nuestro paquete de internet o televisión, para evitar pagar doble.

Tanto la Profeco como el Instituto Federal de Telecomunicaciones aconsejan estar atentos a los cambios en tarifas y suscripciones. Cancelar temporalmente servicios que ya no se utilizan es una estrategia válida y responsable para proteger tu economía personal en tiempos de inflación y ajustes presupuestales.

Este artículo ha sido elaborado a partir de información publicada en El Economista. Para leer la nota original, visita: Que el streaming no se vuelva un gasto fantasma, esto daña tus finanzas

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