La economía mexicana está perdiendo competitividad debido a la fortaleza del peso frente al dólar desde 2022, advirtieron analistas de Bank of America Securities.
El tipo de cambio real se ha fortalecido un 32% desde enero de 2022, lo que podría explicar por qué México no está recibiendo más Inversión Extranjera Directa (IED) a pesar de las operaciones de nearshoring y de haberse convertido en el principal socio comercial de Estados Unidos, destacaron.
“Creemos que el cambio en las cadenas de suministro persistirá como una tendencia estructural; sin embargo, un peso sobrevaluado podría convertirse en un lastre para la economía y las exportaciones mexicanas”, señalaron los especialistas.
En un análisis distribuido entre sus clientes, subrayaron que “hasta ahora, las ganancias de México como socio comercial de Estados Unidos han continuado a pesar de un tipo de cambio muy fuerte, reflejado en el súper peso”.
Sin embargo, advirtieron que “a pesar de las operaciones de nearshoring y de convertirse en el principal socio comercial de Estados Unidos, México en realidad no está recibiendo más IED, y una razón detrás de esto podría ser el tipo de cambio real, que se mantiene muy fuerte”.
En su opinión, esto resalta la importancia de los cambios globales en las cadenas de suministro que se centran en la resiliencia y la gestión de riesgos. Pero un peso sobrevaluado puede arrastrar a las exportaciones y los prospectos de inversión.
Explicaron que, en contraste con el peso mexicano, el yuan chino se ha debilitado un 13% desde enero de 2022. Esto significa que el peso mexicano es ahora un 55% más caro que el yuan chino en términos efectivos reales.
Un peso menos fuerte incentivaría la llegada de inversiones relacionadas con la relocalización (nearshoring) y facilitaría aprovechar mejor los cambios en el comercio mundial.
No es la puerta trasera de China hacia EE.UU.
En el análisis titulado “Nuevas tarifas, signos de alineación de México con Norteamérica”, se admite que México ha sido uno de los países que ha ganado participación de mercado en las importaciones estadounidenses desde 2018, siendo superado solo por Vietnam.
Mientras tanto, China ha disminuido su participación en el comercio con la primera economía del mundo, pero está exportando más a países como México y Vietnam.
“Este reajuste del comercio chino está levantando sospechas en algunos países, incluso en México, pues advierten que la economía liderada por Andrés Manuel López Obrador podría estar convirtiéndose en ‘la puerta trasera de China hacia Estados Unidos’,” señalaron.
Sin embargo, la institución financiera descarta que México esté desviando importaciones chinas a Estados Unidos, “al menos no hasta un punto perceptible en los datos macro”.
Los aranceles
El pasado 22 de abril, México impuso aranceles sobre 544 bienes importados; una medida que seguirá vigente hasta el 23 de abril de 2026. Estos aranceles oscilan entre 5% y 50% sobre productos como acero, aluminio, textiles, plásticos, material eléctrico y de transporte, entre otros.
Estos aranceles se impusieron sobre países con los que México no tiene acuerdos comerciales, como China, lo que Bank of America estima afectará al 15% de las importaciones chinas.
El análisis refiere al citado decreto para explicar que “fueron impuestos con el fin de brindar certidumbre y condiciones justas de mercado a sectores vulnerables de la industria nacional”.
Las razones citadas por el gobierno en el decreto son la competencia, el crecimiento económico, la resiliencia de la cadena de suministro y el fortalecimiento de la industria nacional.
Advertencias previas
La directora de análisis económico, cambiario y bursátil de Monex, Janneth Quiroz, ya había advertido que la fortaleza del peso podría desalentar a las multinacionales a concretar en el corto plazo sus anuncios de inversión relacionados con el nearshoring.
Por su parte, el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin), José Abugaber, había advertido que un peso fuerte podría afectar al 40% de la industria del vestido, calzado y electrónicos. Los precios subirían y los productos serían menos competitivos, favoreciendo a China.
Con información de El Economista | Nota original
