El peso mexicano, conocido como ‘superpeso’, ha alcanzado su nivel más alto en más de cuatro meses, cerrando este lunes 8 de enero a 16.81 pesos por dólar. No obstante, los operadores están atentos a los próximos datos de inflación de Estados Unidos, ya que estos podrían influir significativamente en las decisiones futuras de la Reserva Federal respecto a las tasas de interés.
A pesar de la caída reciente de los activos en los mercados emergentes, motivada por las dudas sobre la rapidez con la que la Fed podría reducir las tasas este año, una encuesta de la Reserva Federal de Nueva York reveló que las expectativas de inflación de los consumidores han disminuido a un mínimo de tres años. Este descenso en las expectativas ha provocado una baja en los rendimientos estadounidenses, incrementando el interés en monedas latinoamericanas de alto rendimiento, según Bertrand Delgado, estratega de Societe Generale.
Delgado señaló: “En la medida en que la inflación estadounidense continúe disminuyendo, especialmente la inflación subyacente, esto seguirá favoreciendo el apetito por el riesgo global y América Latina en particular”.
El peso mexicano se ha fortalecido un 0.3 por ciento, alcanzando su nivel más alto desde finales de agosto. Miguel Iturribarria, de BBVA México, indicó que el repunte de las tasas estadounidenses hace que el carry del peso sea más atractivo, especialmente después de que las minutas de política monetaria de la semana pasada mostraran que los banqueros centrales mexicanos no tienen prisa por reducir los costos de endeudamiento.
“Los mercados esperan que los datos de inflación de esta semana puedan abrir la puerta a una Fed más moderada”, explicó Iturribarria. Sin embargo, considera que es “demasiado pronto” para anticipar un recorte de tasas y prevé cierta volatilidad en el peso en los próximos meses.
Además de la inflación, Enrique Quintana, columnista de El Financiero, sugiere que el proceso electoral en ambos países también es un factor crucial en la apreciación del peso mexicano. Quintana explica: «En México, la mayor parte de los inversionistas ya ha descontado un triunfo de Claudia Sheinbaum en la presidencia, pero también asumen que Morena y sus aliados no alcanzarán mayoría calificada en el Congreso”. De perfilarse este escenario, la percepción del riesgo para las inversiones podría incrementar en los próximos meses, impactando negativamente en la moneda mexicana.
Con información de El Financiero | Nota original