Telefónica del Perú (TdP), filial de la empresa española de telecomunicaciones Telefónica, anunció este viernes que ha presentado una solicitud ante las autoridades peruanas para reestructurar sus finanzas. Esta decisión tiene como objetivo garantizar la continuidad de sus operaciones en el país.
La compañía solicitó acogerse al Procedimiento Concursal Ordinario (PCO), un mecanismo que permite a empresas en dificultades financieras reestructurar sus deudas y cumplir con sus compromisos. La solicitud será evaluada por el Instituto de Defensa del Consumidor (Indecopi), entidad que tiene hasta 90 días para dar una respuesta.
Elena Maestre, Presidenta Ejecutiva de Telefónica del Perú, declaró que esta decisión fue tomada con el fin de proteger la prestación de servicios esenciales a sus clientes. «Consideramos que acogernos voluntariamente al PCO es la mejor estrategia para garantizar la estabilidad y continuidad de Telefónica en el Perú», afirmó.
Actualmente, Telefónica del Perú atiende a más de 13 millones de usuarios con servicios de telefonía móvil, internet y televisión por cable. Sin embargo, la empresa ha experimentado una caída en sus ingresos, reportando en 2024 una facturación de 6.020 millones de soles (aproximadamente 1.585 millones de dólares), lo que representa una disminución del 7% respecto al año anterior.
Una vez que Indecopi emita su resolución, los acreedores de TdP podrán manifestar su postura sobre la reestructuración planteada. Este proceso será crucial para definir el futuro de la empresa en el país.
Telefónica también ha enfrentado cambios a nivel corporativo. El pasado 20 de enero, la empresa anunció un cambio inesperado en su liderazgo, con la salida de José María Álvarez-Pallete y la llegada de Marc Murtra como nuevo presidente, lo que refleja una reestructuración en su estrategia global.
El grupo Telefónica opera en nueve países de América Latina y sigue siendo uno de los actores más importantes en el sector de telecomunicaciones en la región. La solicitud de reestructuración de su filial en Perú marca un capítulo clave en su adaptación a los desafíos financieros y operativos actuales.