El comercio en línea chino ha crecido notablemente en América Latina, con plataformas como Shein y Temu ganando popularidad debido a sus bajos precios. Estas tiendas atraen principalmente a jóvenes interesados en la moda rápida y accesible, quienes encuentran alternativas más económicas que en el comercio local.
Este fenómeno está causando preocupación en los gobiernos de la región, ya que la entrada masiva de productos chinos afecta la competitividad del comercio minorista local. En respuesta, algunos países, como Chile y Brasil, han eliminado exenciones fiscales para compras internacionales menores a ciertos montos, y otros consideran regulaciones similares.
Además, este incremento de compras en línea está generando presión sobre los sistemas aduaneros, los cuales han tenido que adaptarse para manejar grandes volúmenes de paquetes. Por ejemplo, en Chile, el flujo de productos ha aumentado de manera exponencial, lo que complica la fiscalización y el control de calidad.
Otro aspecto de preocupación es el impacto ambiental, pues la moda rápida genera altos niveles de residuos. Expertos advierten que el consumo excesivo y rápido en estas plataformas fomenta un ciclo de compra-descarte que se vuelve insostenible a largo plazo.
Finalmente, varios países y la Unión Europea han iniciado investigaciones sobre estas empresas debido a problemas de sostenibilidad y posibles irregularidades laborales, lo que podría conducir a cambios importantes en la regulación del comercio electrónico.