Este miércoles entraron en vigor los nuevos aranceles estadounidenses al acero y aluminio, impulsados por el presidente Donald Trump, lo que ha intensificado las fricciones comerciales a nivel global. La medida, que duplicó los gravámenes a un 50%, ha desatado reacciones inmediatas por parte de socios estratégicos como Canadá, México y la Unión Europea, en un momento en que la economía mundial ya enfrenta una alta incertidumbre.
Canadá, principal exportador de acero y aluminio a Estados Unidos, ya prepara represalias. El primer ministro Mark Carney advirtió que su gobierno está listo para responder si las negociaciones con Washington no logran revertir las medidas. En paralelo, el sindicato Unifor exigió acciones contundentes y el premier de Ontario, Doug Ford, pidió no ceder ante lo que calificó como un atropello de la administración Trump.
Desde Bruselas, el negociador comercial de la Unión Europea, Maros Sefcovic, calificó de “constructiva” su reunión con el representante estadounidense Jamieson Greer, asegurando que las conversaciones están avanzando a buen ritmo. Sin embargo, Sefcovic lamentó la duplicación de aranceles, recalcando que tanto la UE como EE.UU. enfrentan desafíos comunes como la sobrecapacidad en el mercado del acero, lo cual debería fomentar cooperación, no confrontación.
La medida estadounidense excluye únicamente al Reino Unido, que ha logrado un acuerdo preliminar con Washington. El resto de los países afectados enfrenta ahora una ola de incertidumbre. Según expertos, la decisión podría encarecer desde automóviles hasta latas de cerveza. Marc Busch, especialista en comercio de la Universidad de Georgetown, advirtió que el impacto será generalizado en la cadena industrial.
El Consejo Estadounidense de Política Automotriz alertó que los nuevos aranceles aumentarán los costos de producción de vehículos, afectando la competitividad de la industria en el mercado global. Por su parte, Bernard Yaros, economista de Oxford Economics, estima que la inversión empresarial en equipos y estructuras disminuirá entre un 0.4% y un 0.5% debido a estos gravámenes.
En medio del conflicto comercial, crecen las tensiones con China. El presidente Trump calificó al mandatario Xi Jinping como un negociador “difícil”, justo cuando se esperaba una llamada clave entre ambos líderes. La escasez de minerales críticos y tierras raras, derivada de restricciones chinas, ya está afectando a la industria automotriz europea, con BMW entre los más afectados.
A pesar de la magnitud de la medida, los mercados financieros han reaccionado con relativa calma, apostando a que los aranceles podrían revertirse. Sin embargo, la incertidumbre en torno a la política comercial de Trump continúa afectando los flujos globales de bienes, y las represalias en puerta amenazan con escalar aún más la tensión económica internacional.
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