ELa presidencia de Donald Trump, en su segundo mandato, continúa reafirmando su perfil conservador con medidas que impactan directamente los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Esta semana, su administración eliminó una política clave establecida bajo el gobierno de Joe Biden que garantizaba el acceso al aborto en casos de emergencia médica, incluso en estados donde este procedimiento está prohibido.
La política revocada surgió en 2022 como respuesta directa a la histórica anulación de Roe vs. Wade, el fallo que durante décadas había protegido el derecho constitucional al aborto en Estados Unidos. Tras esa decisión de la Corte Suprema, el gobierno de Biden se apoyó en la Ley de Tratamiento Médico de Emergencia y Trabajo de Parto (EMTALA) para exigir que los hospitales receptores de fondos federales realizaran abortos cuando la vida de la paciente estuviera en riesgo.
Este mandato buscaba cubrir un vacío legal generado por la disparidad de leyes estatales que, tras la caída de Roe, restringieron o eliminaron totalmente el acceso al aborto, incluso en circunstancias médicas críticas. Para la administración Trump, sin embargo, dicha interpretación de EMTALA no refleja su visión política, por lo que optaron por eliminarla, argumentando que generaba “confusión legal”.
El golpe no es menor. La política de Biden ofrecía un salvavidas legal y médico para mujeres en situaciones límite. Su eliminación deja a muchas en la incertidumbre, atrapadas entre legislaciones estatales restrictivas y la ausencia de un respaldo federal. En algunos casos extremos, como el de una mujer con muerte cerebral en Georgia mantenida artificialmente con soporte vital porque estaba embarazada, se evidencia el impacto real y crudo de estas decisiones políticas.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha mantenido una línea dura en temas sociales, en especial sobre el aborto. A pesar de que su equipo insiste en que estas decisiones buscan restablecer un “orden constitucional claro”, lo cierto es que muchas organizaciones defensoras de los derechos humanos y de las mujeres ven esta medida como una regresión que pone en riesgo vidas.
La pregunta que resuena entre activistas y profesionales de la salud es clara: ¿hasta cuándo el aborto seguirá siendo rehén del juego político? El acceso al aborto, sobre todo en casos de urgencia médica, parece depender más de quién esté en la Casa Blanca que del bienestar real de las mujeres afectadas.
Mientras tanto, miles de mujeres en todo el país se encuentran nuevamente vulnerables, sin certezas ni garantías, enfrentando un sistema de salud que podría negarles atención vital simplemente por decisiones ideológicas.
Este artículo ha sido elaborado a partir de información publicada en Entrepeneur Para leer la nota original, visita: ¿Adiós a los abortos en Estados Unidos? Trump eliminó una importante política – Sopitas USA
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