Durante un extenso periodo, México estuvo relegado en la consideración de los banqueros de inversión, quedando perpetuamente a la sombra de Brasil.
Sin embargo, esta situación ha cambiado. De repente, Wall Street está cada vez más convencido de que México está al borde de un despegue, siempre y cuando no deje pasar la oportunidad.
Bank of America, Morgan Stanley y Goldman Sachs Group predicen un aumento en los ingresos de la banca de inversión en México este año. Banco Santander SA, el principal suscriptor local de bonos el año pasado, tiene previsto invertir 1,500 millones de dólares en fortalecer la tecnología para clientes minoristas. Jamie Dimon, director ejecutivo de JPMorgan Chase & Co., aseguró que su banco ha «duplicado o triplicado» el capital en el país en los últimos seis años y ve perspectivas de crecimiento «magníficas». México atraviesa un momento excepcional, con el potencial de beneficiarse durante décadas del auge del «nearshoring» en la era del COVID-19, que ha llevado a la instalación de nuevas fábricas de diversos productos, desde computadoras portátiles hasta automóviles. Los salarios aumentan y el empleo abunda, especialmente en el corazón industrial. La inversión extranjera directa contribuyó a que el peso fuera una de las monedas de mejor desempeño en el mundo en 2023. Las finanzas públicas son más sólidas que en otros países en desarrollo, con una deuda en relación con el tamaño de la economía considerablemente por debajo del promedio de países con la misma calificación crediticia. Además, los empresarios se muestran cautelosamente optimistas sobre los principales candidatos a las elecciones presidenciales de junio.
«La historia es real», afirmó Emilio Romano, director de la filial mexicana de Bank of America. «Tenemos este cambio estructural para hacer que México crezca a un ritmo que no hemos visto en décadas».
Sin embargo, aquellos que han seguido a México durante mucho tiempo saben que el país tiene un historial de perder grandes oportunidades, con un crecimiento económico de alrededor del 2% anual desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994, muy por debajo del promedio de los mercados emergentes.
Rodolfo Ramos, estratega de Bradesco BBI, señala que los mercados de capitales del país están subdesarrollados en comparación con sus pares, y el próximo presidente deberá impulsar nuevas políticas para atraer inversiones, especialmente en el sector de las energías limpias. A pesar de ello, los mercados mexicanos están en un buen momento. Bank of America, que lideró los ingresos de la banca de inversión en América Latina y México en 2023, prevé un aumento en grandes fusiones y espera un incremento en la emisión de acciones este año, después de triplicarse a 1,200 millones en 2023. Las ventas de bonos corporativos el año pasado alcanzaron el nivel más alto desde 2015, y los banqueros anticipan un sólido comienzo en 2024.
La participación de México en los ingresos de la banca de inversión en América Latina aumentó al 20% el año pasado, frente al 13% en 2022, y las tendencias indican que este crecimiento continuará. Aunque Brasil sigue obteniendo tres veces más ingresos de la banca de inversión que México y sigue siendo una economía más dinámica, México muestra signos de recuperación y se proyecta un crecimiento superior al de Brasil durante cuatro años consecutivos hasta 2025.
En Bank of America, México registró el mayor aumento de ingresos en la región en 2023, según Augusto Urmeneta, que dirige las operaciones en América Latina del banco con sede en Charlotte, Carolina del Norte.
Bank of America planea continuar invirtiendo para apoyar tanto a sus clientes globales que buscan expandirse en el país como a los clientes mexicanos que ven oportunidades de crecimiento. Urmeneta es optimista sobre los cambios en las leyes de los mercados de capitales, que deberían facilitar la creación de fondos de cobertura y reducir la burocracia necesaria para cotizar acciones.
Alessandro Zema, codirector de banca de inversión para América Latina de Morgan Stanley, estima que el auge continuará el próximo año, incluso si las elecciones presidenciales de México en junio y de Estados Unidos en noviembre generan cierta volatilidad.
Los fondos de inversión especializados en bienes raíces lideraron las ventas de acciones en México el año pasado. Este año, se espera la oferta pública inicial del fideicomiso mexicano de propiedades industriales Fibra Next, que se estima será la mayor desde 2018.
Las ventas de bonos corporativos también deberían mantenerse a principios de 2024, ya que las empresas aumentan el gasto, según Felipe García Ascencio, director general de la filial mexicana de Banco Santander.
Facundo Vázquez, responsable de mercados de capital para América Latina de Goldman Sachs, señala que a medida que los mercados de capital ganen impulso, es probable que los inversores se centren en marcas grandes, exitosas y bien establecidas, ya que las startups y las pequeñas empresas tecnológicas no son la prioridad actual. A los inversores también les agrada el esfuerzo del banco central por frenar la inflación, lo que muestra un compromiso con la estabilidad de precios.
«Van a hacer lo que sea necesario para combatir la inflación», dijo Vázquez. «Esa es otra razón por la que todo el mundo está alcista en México».
Con información de El Financiero | Nota original