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Inflación en México desaceleró hasta el 4.40% en febrero

La inflación en México experimentó una notable disminución en febrero, alcanzando su menor tasa desde noviembre de 2023, según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este mes, la tasa de inflación mensual fue solo del 0.09%, y la anual se situó en el 4.40%, descendiendo desde el 4.88% registrado al inicio del año. Este avance sugiere una lenta pero progresiva aproximación hacia la meta del 3% establecida por el Banco de México, aunque los analistas anticipan que la convergencia hacia este objetivo se hará cada vez más gradual.

Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, mencionó que la disminución anual en la inflación a 4.40% aumenta la posibilidad de que el Banco de México considere un recorte de 25 puntos básicos en su tasa de interés para su próxima reunión el 21 de marzo. Este cambio representa un alivio en el contexto económico, especialmente después de la presión inflacionaria experimentada en meses anteriores.

La inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles de su cálculo, también mostró una disminución, ubicándose en 4.64%, continuando su tendencia descendente por treceavo mes consecutivo. Dentro de este segmento, los precios de las mercancías aumentaron un 4.11%, mientras que los servicios subieron un 5.30%.

Por otro lado, la inflación no subyacente, que incluye productos agropecuarios y energéticos, así como tarifas gubernamentales, presentó una tasa anual de 3.67%. Esta cifra representa una notable desaceleración en comparación con el aumento del 5.24% observado en enero. Los precios de los productos agropecuarios subieron un 4.77% anualmente, mientras que los energéticos y tarifas gubernamentales aumentaron un 2.75%.

Estos cambios reflejan un escenario complejo en la economía mexicana, donde el control de la inflación se convierte en una prioridad para mantener la estabilidad y fomentar el crecimiento. La disminución en la tasa inflacionaria es una señal positiva para el mercado, ya que indica un entorno económico más predecible y estable, lo que podría influir en las decisiones futuras de política monetaria del Banco de México.

Con información de El Economista | Nota original

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