Tras semanas de investigaciones, las autoridades de salud en Estados Unidos han dado por finalizado el brote de Escherichia coli que se vinculó con hamburguesas de un cuarto de libra servidas en restaurantes McDonald’s. El brote, que se originó a mediados de noviembre, afectó principalmente a clientes de varias localidades en Colorado y otros estados del país.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), más de 50 personas reportaron síntomas asociados con esta bacteria, incluyendo diarrea severa y deshidratación. Afortunadamente, no se registraron muertes, aunque algunos casos requirieron hospitalización debido a la gravedad de los síntomas.
El origen del brote se rastreó hasta una partida específica de carne utilizada para las hamburguesas, suministrada por un proveedor regional. McDonald’s, en coordinación con las autoridades, retiró inmediatamente los productos sospechosos y reforzó sus protocolos de control de calidad para evitar incidentes similares en el futuro.
Además, las autoridades sanitarias emitieron recomendaciones para los consumidores, destacando la importancia de cocinar bien la carne para minimizar los riesgos de contaminación por bacterias como la E. coli. También recalcaron que este incidente subraya la necesidad de mantener estrictos controles en toda la cadena de suministro.
McDonald’s emitió un comunicado disculpándose con los afectados y asegurando que ya se tomaron las medidas necesarias para garantizar la seguridad alimentaria. Este caso resalta la importancia de la colaboración entre empresas y reguladores para proteger la salud pública.