El fenómeno del nearshoring, es decir, la relocalización de líneas de producción de multinacionales más cerca de sus mercados de consumo, está comenzando a reflejarse significativamente en la economía mexicana, según Gabriel Casillas, economista jefe de Barclays. El crédito vigente a la construcción y el aumento en la capacidad utilizada de la industria automotriz mexicana son claros indicadores de esta tendencia.
El nearshoring, una respuesta a la desglobalización y los eventos geopolíticos que han perturbado el comercio global, está llevando a los empresarios y desarrolladores a tomar crédito bancario local para construir parques industriales en México. Esto refleja una clara percepción de oportunidades de negocio, incluso en un contexto de tasas de interés más altas.
En 2023, las ventas de autos en México experimentaron un crecimiento anual del 24.4%, superando incluso las cifras reportadas en 2019. Además, la Inversión Extranjera Directa (IED) en México desde 2021 ha sido notable, con nuevos flujos de inversión que representan el 50% del total.
Para 2023, el Producto Interno Bruto (PIB) de México creció un estimado de 3.4% anual, impulsado en parte por el nearshoring. Según Casillas, el crecimiento económico para 2024 se proyecta en un 3%, sostenido principalmente por la inversión en manufactura y la relocalización de empresas, lo cual podría contribuir con 0.6 puntos al PIB.
Estos desarrollos apuntan a un papel cada vez más prominente de México en la cadena de suministro global, beneficiándose de su proximidad a Estados Unidos y la creciente tendencia de nearshoring.
Con información de El Economista | Nota original