Los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea han aprobado un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, ampliando las restricciones a sectores estratégicos como la energía, la tecnología y las finanzas. Esta medida responde al continuo conflicto en Ucrania y busca aumentar la presión sobre Moscú.
Entre las sanciones destacan la prohibición de exportaciones de productos tecnológicos clave, la limitación del acceso a mercados financieros occidentales y restricciones a empresas rusas involucradas en la industria militar. Además, se han incluido sanciones individuales contra funcionarios y empresarios cercanos al Kremlin.
Funcionarios estadounidenses han señalado que estas nuevas sanciones buscan debilitar la capacidad de Rusia para financiar la guerra en Ucrania. Por su parte, la Unión Europea ha reforzado controles en la importación de productos rusos, con el objetivo de reducir la dependencia del gas y el petróleo provenientes de Rusia.
El Kremlin ha calificado estas medidas como una agresión económica y ha prometido tomar represalias, incluyendo restricciones comerciales y políticas de diversificación hacia mercados asiáticos.
Analistas consideran que estas sanciones podrían generar un impacto significativo en la economía rusa, aunque destacan que Moscú ha logrado adaptarse a medidas similares en el pasado, redirigiendo sus exportaciones a países como China, India y Turquía.
Este artículo ha sido elaborado a partir de información publicada en Reuters. Para leer la nota original, visita: Reuters.
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