El gobierno de México ha anunciado su intención de entablar negociaciones con Estados Unidos con el objetivo de renovar un acuerdo comercial que ha sido esencial para el sector exportador de tomates. Este pacto bilateral ha estado en vigor desde 1996 y ha sido renovado en cinco ocasiones, brindando estabilidad al intercambio de este producto agrícola entre ambos países.
El acuerdo ha permitido suspender una investigación antidumping que amenazaba con la imposición de aranceles de aproximadamente 20% sobre las exportaciones mexicanas. Gracias a él, los productores mexicanos han podido mantener su competitividad en el mercado estadounidense, evitando así cargas impositivas que afectarían sus precios y participación en el sector.
Sin embargo, el Departamento de Comercio de Estados Unidos ha emitido un ultimátum: si no se alcanzan nuevos términos en un plazo de 90 días —es decir, hasta mediados de julio—, se retirará formalmente del acuerdo. Esta posible ruptura genera preocupación entre productores y autoridades mexicanas, que consideran vital mantener abiertas las puertas del principal destino de sus tomates.
En respuesta, el gobierno mexicano se ha movilizado para abrir una mesa de diálogo urgente que permita preservar los beneficios comerciales que el acuerdo ha brindado durante casi tres décadas. Funcionarios de ambos países deberán definir si existen condiciones para una sexta renovación o si se buscará una nueva fórmula para continuar con el flujo comercial sin restricciones.
Los productores agrícolas mexicanos han manifestado su apoyo a la renovación, señalando que la eliminación del acuerdo representaría un golpe significativo para una industria que genera miles de empleos y aporta importantes divisas al país. La incertidumbre en torno a la negociación también afecta la planificación de las próximas cosechas y la estabilidad de los precios.
Con este panorama, las próximas semanas serán clave para definir el futuro de uno de los acuerdos agrícolas más relevantes entre México y Estados Unidos. Las autoridades mexicanas confían en que el diálogo constructivo permitirá mantener los lazos comerciales y proteger los intereses de los productores nacionales.
Este artículo ha sido elaborado a partir de información publicada en Reuters. El contenido ha sido parafraseado con el propósito de informar. Todos los derechos del texto pertenecen a su medio original.