Una agencia de calificación disminuyó la valoración de crédito de un importante desarrollador inmobiliario en China ante continuas dificultades en el ámbito. El entorno del mercado inmobiliario chino se halla ante desafíos sin precedentes, incluyendo desarrolladores al límite de la insolvencia y una reducción en los precios de los inmuebles, lo cual desalienta la inversión.
Vanke, tradicionalmente visto como financiera y económicamente sólido, enfrenta ahora problemas significativos. La calificación asignada por la agencia pasó a «Ba1», señalando un riesgo crediticio considerable.
La agencia señaló que las ventas de la compañía experimentaron una caída cercana al 40%, alcanzando los 34,500 millones de yuanes en los primeros dos meses del año.
Se anticipa que las inestables condiciones de operación y financiación en el sector afectarán negativamente las ventas, el acceso al crédito y la liquidez del promotor, con posibles efectos adversos sostenidos durante los próximos 12 a 18 meses, sin excluir la posibilidad de futuras rebajas en su calificación.
Vanke ocupó el segundo lugar en ventas entre los promotores chinos el año anterior, según un informe de CRIC. Parte de la empresa es propiedad del gobierno de la ciudad de Shenzhen, un factor previamente considerado como un indicativo de su estabilidad financiera.
Sin embargo, esta situación marca a Vanke como el más reciente en una serie de desarrolladores inmobiliarios chinos enfrentando una crisis creciente en el sector, siguiendo a otros grandes como Evergrande y Country Garden.
El sector inmobiliario, que ha sido testigo de dos décadas de crecimiento paralelo al aumento del nivel de vida en China, ha constituido una porción significativa del PIB del país durante años.
Con información de El Economista | Nota original