La economía mexicana ha presentado señales de enfriamiento, y el sector de las ventas al menudeo no es la excepción. De acuerdo con los datos más recientes del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), los ingresos por ventas minoristas registraron una contracción en los primeros seis meses del año, marcando un revés después de un periodo de crecimiento.
Este debilitamiento en el consumo se ha atribuido a diversos factores. Entre ellos destacan la menor generación de empleo formal, lo que ha reducido el poder adquisitivo de las familias mexicanas. Además, el incremento en la inflación, especialmente en productos no básicos, ha erosionado el valor de los ingresos y ha obligado a los consumidores a ajustar sus gastos.
Otro elemento que ha influido en el comportamiento del consumo es la modificación en el calendario de dispersión de los programas sociales. Los cambios en las fechas de pago de estos programas, implementados debido al proceso electoral, han generado cierta volatilidad en el gasto de los beneficiarios.
En términos sectoriales, se observaron caídas en diversas categorías de productos, especialmente en aquellos considerados discrecionales, como artículos de lujo, ropa y calzado. Por el contrario, categorías como alimentos y bebidas registraron un crecimiento, aunque menos dinámico que en periodos anteriores.
En conclusión, el sector de las ventas minoristas en México enfrenta un panorama complejo, marcado por la incertidumbre económica y los cambios en el comportamiento del consumidor. Será fundamental monitorear de cerca la evolución de estos indicadores para evaluar el impacto de las políticas públicas y las condiciones económicas generales en el desempeño de este importante sector.