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¿Estabilidad a costa del progreso? El dilema de las tasas altas

Aunque las tasas elevadas han ayudado a controlar la inflación, también frenan el crecimiento económico y amplían la desigualdad, advierte Emilio Moreno en La Crónica de Hoy.

Desde hace más de dos años, las tasas de interés dejaron de ser un concepto técnico exclusivo de banqueros centrales para convertirse en un tema presente en la vida diaria de millones de personas. En su columna Finanzas para todos, publicada en La Crónica de Hoy, Emilio Moreno Plascencia advierte que el alza sostenida de tasas tanto en Estados Unidos como en México podría estar frenando el progreso económico de los sectores más vulnerables.

El origen de esta política, explica Moreno, se remonta a la pandemia de COVID-19. En 2020, los bancos centrales redujeron las tasas para evitar una crisis financiera profunda. Esta estrategia funcionó inicialmente, pero a medida que las economías se reactivaban, nuevos problemas como las disrupciones en cadenas de suministro, la subida en precios energéticos y la guerra en Ucrania alimentaron una inflación persistente e inesperada.

En respuesta, las autoridades monetarias cambiaron de rumbo: subieron las tasas para frenar el consumo y estabilizar los precios. No obstante, esta medida, que en teoría sería temporal, se ha extendido más de lo previsto. La Reserva Federal y el Banco de México han decidido mantener los tipos elevados ante el temor de repetir errores del pasado, como en los años 70, cuando una retirada prematura llevó a una nueva ola inflacionaria.

El problema, advierte Moreno, es que esta política no es neutra. Afecta más a quienes menos tienen: encarece los préstamos, eleva los intereses de tarjetas de crédito, frena la inversión de pequeños negocios y encarece las hipotecas. En economías como la mexicana, donde gran parte del dinamismo depende del mercado interno, las tasas altas pueden actuar como un freno generalizado al desarrollo.

El columnista recuerda que América Latina ya vivió una situación parecida en los años 80, cuando la combinación de inflación, deuda y tasas elevadas llevó a recesiones prolongadas y aumento de la desigualdad. Aunque el entorno actual es distinto, advierte que priorizar únicamente la estabilidad sin considerar las consecuencias sociales podría generar una crisis de confianza en el sistema económico.

Por eso, el debate sobre las tasas no es solo técnico, sino político y ético. ¿Vale la pena sacrificar crecimiento y movilidad social por mantener la inflación baja? Moreno señala que la estabilidad no puede ser el único objetivo, y que se requieren políticas fiscales activas que impulsen la inversión, la innovación y la equidad.

Finalmente, el autor invita a reflexionar sobre qué significa realmente la sostenibilidad económica. Más allá de indicadores y cifras, se trata de construir un sistema que ofrezca oportunidades reales de bienestar y progreso para todos. Las tasas altas, concluye, pueden ser parte de una solución temporal, pero no deben convertirse en la norma permanente.

Consulta la nota original en: Finanzas para todos: La era de las tasas altas: ¿estabilidad a qué precio? – La Crónica de Hoy México

El contenido ha sido parafraseado con el propósito de informar. Todos los derechos del texto original pertenecen a Cronica y a su autor.

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