Alemania atraviesa una de sus crisis más complejas de los últimos años, con un panorama marcado por la recesión económica y la inestabilidad política. En este contexto, el nuevo líder del país tendrá que gestionar una economía debilitada y un Bundestag reconfigurado.
Durante los años 2023 y 2024, el Producto Interno Bruto (PIB) de Alemania registró caídas de -0.3% y -0.2%, respectivamente. Para 2025, la situación económica se prevé aún más complicada, con una contracción estimada del -0.5%. Factores como el alza en los costos energéticos, la disminución de exportaciones a China y la amenaza de aranceles por parte de Estados Unidos impactan de manera significativa.
En el ámbito político, la gobernabilidad también enfrenta desafíos. La presencia del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) ha modificado la dinámica tradicional del país, que se caracterizaba por el consenso entre partidos moderados. Además, la reestructuración del Bundestag ha reducido el número de escaños de 733 a 630, lo que obliga a los partidos a redefinir sus estrategias políticas.
Los principales partidos presentan posturas divergentes sobre el futuro del país. El SPD propone incrementar el gasto social y financiar inversiones con deuda, mientras que los Verdes buscan avanzar en la descarbonización de la economía. El FDP, por su parte, apuesta por reducir los impuestos para estimular el crecimiento económico. En contraste, el AfD aboga por la deportación masiva de inmigrantes indocumentados y el retiro del apoyo militar a Ucrania.
El partido de Izquierda defiende un aumento en los impuestos a los más ricos para reducir la desigualdad, mientras que el BSW se opone a la privatización de servicios esenciales como vivienda, salud y educación. Este panorama refleja una polarización creciente en la política alemana.
Según el politólogo Manuel Camilo González, Alemania desempeña un papel crucial en la economía europea debido a que el Banco Central del continente tiene su sede en Frankfurt, lo que refuerza su influencia en la política monetaria de la región.
Históricamente, la política alemana ha estado dominada por el CDU y el SPD, pero el aumento de tensiones económicas y sociales ha fragmentado la representación parlamentaria. Tanto la extrema derecha como la extrema izquierda han ganado adeptos entre los votantes descontentos con los partidos tradicionales, generando un desafío adicional para el nuevo gobierno.
Este artículo ha sido elaborado a partir de información publicada en EL ECONOMISTA Para leer la nota original, visita: La crisis económica y política que recibe el nuevo líder alemán del conservadurismo
El contenido ha sido parafraseado con el propósito de informar. Todos los derechos del texto original pertenecen a EL ECONOMISTA y a su autor.