La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a sus socios comerciales en América del Norte está generando gran preocupación, ya que se prevé que estos afecten negativamente a las economías de la región. Sin embargo, los análisis indican que México podría ser el país más golpeado, tanto por una posible desaceleración en su crecimiento económico como por un incremento significativo en la inflación.
Tanto el Peterson Institute for International Economics (PIIE) como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) han utilizado modelos de simulación para evaluar el impacto de estos aranceles. Aunque aún hay incertidumbre sobre la duración de las medidas y la posible reacción de Canadá y México, estos ejercicios permiten visualizar los posibles efectos de esta política comercial estadounidense.
México se encuentra en una posición especialmente vulnerable por su fuerte dependencia del comercio con Estados Unidos. Actualmente, el 83 % de las exportaciones mexicanas van dirigidas a ese país, y a su vez, México es el mayor proveedor de productos a EE. UU., representando el 13.1 % de sus importaciones en enero. Además, el comercio exterior representa el 73 % del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano, mucho más que en Canadá (67 %) o Estados Unidos (25 %).
De acuerdo con el modelo del PIIE, si México no responde con medidas similares, su economía podría reducirse un 2 % como resultado de los aranceles estadounidenses. Pero si decide imponer aranceles en represalia, la contracción sería más severa, alcanzando un 3.4 %. En comparación, la economía de EE. UU. se vería reducida en apenas 0.2 % sin respuesta y 0.5 % si hay represalias.
En cuanto a la inflación, el PIIE estima que los precios en México aumentarían en 2.3 puntos porcentuales adicionales si solo se aplican los aranceles de EE. UU., y hasta 4.1 puntos si México también impone restricciones. Esto implicaría que la inflación proyectada para 2025, que era del 3.7 % según analistas consultados por el Banco de México, podría alcanzar un alarmante 6 %.
Por su parte, la OCDE anticipa una contracción de la economía mexicana del 1.3 % en 2025 y del 0.6 % en 2026 como consecuencia de los aranceles. Sin estas medidas, México apenas lograría crecer un 0.1 % el próximo año. Respecto a la inflación, este organismo estima un incremento del 4.4 % en 2025 y del 3.5 % en 2026, cifras más optimistas que las del PIIE, pero aún preocupantes.
Ambos modelos coinciden en que la política arancelaria perjudica a toda la región, pero afecta especialmente a México por su alta exposición al comercio exterior. Además, los tres países tienen cadenas de valor fuertemente integradas, por lo que los aranceles no solo impactan en las exportaciones, sino también en los procesos productivos conjuntos.
México ha optado por no responder con aranceles propios, lo que expertos consideran una decisión acertada para evitar empeorar el escenario. Sin embargo, la situación es delicada, ya que el país enfrenta otras fuentes de incertidumbre, como el impacto de reformas judiciales y la desaparición de órganos autónomos. En este contexto, los aranceles estadounidenses agravan aún más la ya frágil situación económica nacional.
Este artículo ha sido elaborado a partir de información publicada en El Financiero. Para leer la nota original, visita: El impacto de los aranceles en la economía mexicana – El Financiero
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