La inseguridad y la economía estancada en Chile están llevando a miles de jóvenes a considerar la emigración como una opción viable. Este fenómeno, que algunos ya denominan un «éxodo juvenil», está vinculado a las altas tasas de desempleo juvenil (8,5%), un crecimiento económico proyectado del 2% anual y la percepción de un país cada vez más violento.
Cartas publicadas en medios locales reflejan el desencanto de los jóvenes. «Muchos hemos dejado de soñar con un futuro aquí», expresó un ingeniero civil que busca oportunidades en el extranjero. Estas historias se suman a las cifras del Banco Central, que reporta una salida de capitales netos de más de USD 4.000 millones entre enero y septiembre de 2024, superando los totales combinados de 2022 y 2023
La salida de jóvenes capacitados podría agravar la falta de crecimiento y dificultar la recuperación económica del país. La disminución de talento afecta tanto a sectores económicos como al desarrollo de políticas públicas que promuevan la inclusión y el dinamismo laboral.