La segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Argentina el mes próximo enfrentará al peronismo defensor del Estado contra el liberalismo salvaje en un choque de modelos económicos que está alimentando los temores de los inversores.
La economía del país, de 600.000 millones de dólares, la segunda más grande de Sudamérica detrás de Brasil, ya está en recesión, con una inflación cercana al 140% y una moneda que ha perdido un 42% de valor este año y mucho más en el mercado negro.
«Quien sea que gane, tiene muchos desafíos por delante», dijo Zulfi Ali, gerente de cartera del equipo de Deuda de Fija Mercados Emergentes de PGIM, después de la primera vuelta electoral.
«Hay un tipo de cambio muy débil, reservas realmente bajas, pagos al FMI y próximos pagos de deuda también en el sector privado», agregó.
Los bonos en dólares de Argentina se negocian en un rango medio a bajo de 20 centavos, en un terreno profundamente estresado y señalando la posibilidad de una cesación de pagos, mientras que el peso en el mercado negro cerró el lunes a 1.050 por dólar, una brecha del 200% con respecto a la tasa oficial.
Algunos analistas sostienen que lo que más necesita Argentina es disciplina fiscal, ahora y después de la segunda vuelta electoral el 19 de noviembre.
Mientras que el ministro de Economía, el peronista Sergio Massa, ha logrado mantener a Argentina a flote en tiempos turbulentos, Sergei Strigo, codirector de renta fija de mercados emergentes en Amundi Asset Management dijo que «ha habido un gasto fiscal significativo y los mercados no quieren ver eso».
«Massa ha hecho algunas cosas destructivas para la economía y (…) para la relación con el FMI», dijo Christine Reed, gerente de cartera de mercados emergentes en la firma gestora de activos Ninety One.
Aún así, las políticas fiscales laxas de Massa desde que quedó tercero en las primarias de agosto le han dado impulso. La proporción de votos de su coalición trepó del 27% en las primarias al 37% el 22 de octubre.
Con información de: Yahoo! finanzas | Nota original