La Ley del Impuesto a los Depósitos en Efectivo en México establece que las personas físicas y morales están obligadas a pagar un impuesto sobre los depósitos en efectivo realizados en sus cuentas en instituciones financieras. Sin embargo, hay excepciones y detalles importantes a considerar:
- Límite de Exención: Hasta un monto acumulado de 25,000 pesos mexicanos en cada mes del ejercicio fiscal, los depósitos en efectivo no están sujetos a este impuesto. Solo se paga el impuesto por el excedente de esta cantidad.
- Tasa de Impuesto: El impuesto a los depósitos en efectivo se calcula aplicando una tasa del 2% al importe total de los depósitos gravados.
- Excepciones de Rastreo por el SAT: El Sistema de Administración Tributaria (SAT) ha indicado que no rastrea ni cobra impuestos por depósitos en efectivo para ciertos tipos de transacciones como gastos de padres a hijos, pagos por venta de catálogo, tandas o préstamos personales.
- Transferencias Electrónicas y Otros Métodos: Las transferencias electrónicas, traspasos de cuenta, títulos de crédito y otros métodos que no involucran efectivo físico no se consideran depósitos en efectivo para los propósitos de este impuesto.
Es importante destacar que mientras los depósitos en efectivo por debajo del límite de 25,000 pesos no están sujetos a este impuesto, es crucial mantener registros adecuados de todas las transacciones para evitar malentendidos o problemas con el SAT. Además, cualquier ingreso, sea por depósito en efectivo o por otros medios, que constituya una ganancia o renta para el contribuyente, podría estar sujeto a otros impuestos conforme a la legislación fiscal mexicana.
Con información de El Heraldo | Nota original