Los pequeños caficultores en México, muchos de ellos pertenecientes a comunidades indígenas, están enfrentando serias dificultades debido a prácticas comerciales que consideran desleales por parte de grandes corporaciones como Nestlé y Starbucks. Estas empresas, a través de intermediarios, adquieren el café a precios que apenas cubren los costos de producción, dejando a los productores en una situación económica precaria.
Un caso emblemático es el de Cirio Ruiz, un productor que fue arrestado durante una manifestación en la que se exigían precios justos para el café. Investigaciones realizadas por la organización Empower han sacado a la luz estas prácticas abusivas, evidenciando cómo las comercializadoras monopolizan el mercado y limitan las oportunidades de los pequeños productores para obtener una remuneración equitativa por su trabajo.