La economía de Latinoamérica y el Caribe está en un punto de estancamiento, con un crecimiento proyectado de solo el 1.6% para 2024, por debajo de lo previamente estimado por el Banco Mundial, lo que señala un crecimiento insuficiente para hacer frente a los desafíos de la pobreza, la movilidad social y el sector informal en la región. La exclusión de Argentina de estas estimaciones muestra una imagen aún más desalentadora para el país, sugiriendo un crecimiento aún más lento que en otros lugares. El Banco Mundial destaca la necesidad urgente de implementar reformas fundamentales para evitar el aumento de tensiones y descontento social, subrayando que el crecimiento económico de la región es el más bajo en comparación con otras partes del mundo. A pesar de los avances significativos en la recuperación post-pandemia y la estabilización de la inflación en la mayoría de los países, excepto Venezuela y Argentina, el contexto internacional desfavorable, marcado por la lenta actividad económica de China, el principal socio comercial de la región, y la disminución de la demanda global de materias primas, pone en riesgo estas ganancias. Este entorno exige una reflexión profunda y la adopción de medidas de largo plazo centradas en reformas estructurales en infraestructura, educación y comercio, esenciales para mejorar la productividad y la integración global, y con ello, impulsar el crecimiento económico sostenible.
Con información de Latinus | Nota original