La reciente caída del 1.5% en las exportaciones de mercancías de México en enero a $41,957.2 millones, marcando su segundo descenso consecutivo, junto con una disminución del 1% en las importaciones a $46,271.8 millones, revela varios aspectos cruciales sobre la economía mexicana y el comercio internacional. A pesar de estos descensos, se anticipa que México continuará ganando participación de mercado en Estados Unidos, su principal socio comercial, en un contexto global de comercio moderado pero gradualmente mejorando.
El incremento del déficit comercial en un 5.1% a $4,314.7 millones en enero respecto al año anterior subraya la volatilidad y los desafíos que enfrenta el comercio exterior mexicano. La ligera alza en las exportaciones petroleras contrasta con la caída en las no petroleras, especialmente en sectores clave como la manufactura, la madera, maquinaria y equipo especial, siderurgia, minerometalurgia y automotriz. Estas cifras reflejan no solo las fluctuaciones en la demanda global y precios de materias primas, sino también los retos específicos de cada industria, incluyendo la adaptación a cambios tecnológicos y a la competencia internacional.
El comercio mundial, aunque sigue siendo moderado, muestra signos de mejora gracias al repunte en la producción de semiconductores y productos electrónicos en Asia, mayores ventas de automóviles y el regreso del tráfico aéreo internacional de pasajeros. No obstante, la persistencia de encuestas modestas sobre pedidos de exportación, especialmente en el sector manufacturero, y nuevas perturbaciones en la oferta, sugieren un camino de recuperación lleno de incertidumbres.
La disminución específica en las exportaciones de productos automotrices, tanto hacia Estados Unidos como hacia otros mercados, destaca los desafíos particulares de este sector, crucial para la economía mexicana. Los ajustes en las preferencias de los consumidores, la evolución tecnológica en la industria automotriz y las dinámicas comerciales globales pueden estar influyendo en estos resultados.
Por otro lado, el sector agropecuario y pesquero muestra una resiliencia notable, con un incremento anual de 0.7% en sus exportaciones, impulsado por productos como el ganado vacuno, el aguacate, y las fresas frescas. Este crecimiento refleja la fortaleza y la diversificación del sector agrícola mexicano, así como su capacidad para adaptarse a las demandas del mercado internacional.
Con información de El Economista | Nota original