Durante enero, se observó una retirada de inversiones en títulos de deuda mexicana por un total de 1,479 millones de dólares, según datos recopilados por el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés).
Este movimiento marcó el fin de una racha positiva de tres meses consecutivos de entrada de capital, que se había registrado entre octubre y diciembre del año anterior.
El análisis del Instituto revela que durante el último trimestre de 2023, los inversionistas extranjeros adquirieron deuda por un valor de 5,952 millones de dólares, sin embargo, este flujo no logró compensar la liquidación observada durante siete meses del año anterior.
Según Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base, esta retirada de inversiones podría estar relacionada con la aversión al riesgo generada por la gestión de las finanzas públicas, especialmente el apoyo incondicional a Pemex.
Aunque los inversores no cuestionan la capacidad de pago del gobierno, el respaldo a la petrolera podría resultar en una rebaja de la calificación crediticia soberana y una corrección en el precio de los instrumentos gubernamentales.
Carlos Capistrán, economista jefe de Bank of America Securities para México y Canadá, advirtió que cada vez que el gobierno otorga fondos a la petrolera, compromete las finanzas públicas y aumenta el riesgo de que Pemex afecte la calificación crediticia del gobierno federal.
En cuanto a la información proporcionada por el IIF, que representa a las principales instituciones financieras globales, muestra que a lo largo de 2023, los inversionistas extranjeros adquirieron títulos de deuda mexicana por un total de 2,665 millones de dólares.
A pesar de la retirada de inversiones en títulos de deuda mexicana, la moneda mexicana se ha mantenido estable alrededor de 17.50 pesos por dólar, debido a que la posesión de estos títulos en manos extranjeras representa una fracción mínima de la oferta de dólares en el país.
Según Siller, lo que más influye en el tipo de cambio son las posiciones especulativas, y en enero se observaron posiciones netas a favor del peso, impulsadas por las oportunidades del nearshoring. Además, la oferta de dólares también se ve influenciada por la entrada de inversión extranjera directa, el crecimiento de las exportaciones, nuevas inversiones y el flujo de remesas.
Con información de El Economista | Nota original