La desigualdad en la redistribución de la riqueza en México persiste a pesar de los avances en políticas sociales y salariales. Según un informe reciente de Oxfam México titulado «El Monopolio de la Desigualdad», la fortuna conjunta de los dos hombres más ricos del país, Carlos Slim y Germán Larrea, equivale a la riqueza de la mitad de la población más pobre de América Latina y el Caribe.
El reporte revela que la fortuna de los 14 ultrarricos mexicanos, aquellos con más de mil millones de dólares de riqueza, casi se duplicó desde el inicio de la pandemia de Covid-19. Mientras tanto, los hogares de menores ingresos luchan por recuperarse de la crisis económica y el aumento de los precios en los últimos años.
Estos 14 ultrarricos concentran el 8.18 por ciento de la riqueza privada nacional, lo que se traduce en 8.18 pesos de cada 100. Carlos Slim, el mexicano más rico, supera en fortuna a los otros 13 mexicanos ultrarricos. Si se suma su fortuna con la de Germán Larrea, el segundo mexicano más rico, se observa un aumento del 70 por ciento desde el inicio de la pandemia, representando seis de cada 100 pesos de la riqueza privada del país. Esta cifra es equivalente a la riqueza de la mitad de la población más pobre de América Latina y el Caribe, que suma alrededor de 334 millones de personas.
La organización destaca la estrecha relación entre la concentración del poder económico y político, señalando que los ultrarricos en México han acumulado su riqueza gracias a décadas de gobiernos que han renunciado a regular su influencia.
De los 14 ultrarricos, 11 se han beneficiado de privatizaciones, concesiones y permisos otorgados por el gobierno mexicano en las últimas décadas, lo que ha representado una transferencia masiva de riqueza del ámbito público a un reducido grupo en el ámbito privado.
La subida de precios es otra área de preocupación. Las grandes empresas, al tener poder monopólico, pueden fijar precios en sectores clave de la economía, afectando el presupuesto de la población. Durante el periodo de septiembre de 2021 a septiembre de 2022, las ganancias de las empresas capturaron el 60 por ciento del aumento en los precios de la economía mexicana, coincidiendo con altos niveles de inflación que impactaron el costo de vida de la población.
Oxfam destaca que en México, uno de cada cinco pesos del valor agregado del sector privado se destina a los dividendos, el doble que en Alemania o Brasil. Además, el 93 por ciento de los activos físicos está en manos del 10 por ciento de las empresas, lo que se traduce en un poder económico que afecta tanto a las reglas del juego empresarial como a las micro, pequeñas y medianas empresas.
Con información de El Economista | Nota original