La inflación de la eurozona dejó de desacelerarse en agosto, lo que presenta un dilema para los miembros del Banco Central Europeo mientras evalúan si las presiones son demasiado persistentes como para arriesgarse a pausar el ciclo de alzas de tasas de interés.
Los precios al consumidor aumentaron un 5,3% frente al año anterior, estancados en un nivel que supera por dos veces y media la meta buscada por las autoridades. Los economistas habían previsto un debilitamiento. Una medida subyacente que excluye elementos volátiles se desaceleró como se esperaba hasta alcanzar exactamente el mismo nivel que el indicador principal.
Con información de: Yahoo! finanzas | Nota original