La pandemia de Covid-19, que comenzó en 2020, ha transformado profundamente cómo las personas en México y alrededor del mundo manejan sus finanzas personales. Uno de los legados más significativos de esta crisis sanitaria ha sido un mayor enfoque en la educación financiera y una tendencia creciente hacia la digitalización de los pagos y las inversiones. Un indicador notable de este cambio es el aumento masivo en el número de contratos de inversión a través de plataformas como Cetesdirecto, que experimentó un crecimiento del 264%, pasando de 571,378 a 2,084,433 contratos desde 2020.
Además, el número de personas que invierten en fondos de inversión también ha visto un crecimiento considerable, duplicándose prácticamente desde diciembre de 2020 hasta diciembre de 2023, de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles (AMIB). Este cambio se produce en un contexto donde la pandemia ha resaltado la importancia de tener ahorros y una planificación financiera sólida para hacer frente a imprevistos. Muchas familias se enfrentaron a desempleo, recortes de salario y la necesidad de cubrir costos de atención médica relacionados con el Covid-19, lo que subrayó la vulnerabilidad de no tener un fondo de emergencia adecuado.
La ENIF 2021 reveló que un 60% de la población en México experimentó algún tipo de afectación económica debido a la pandemia, lo que llevó a una mayor conciencia sobre la necesidad de recortar gastos y buscar formas de proteger y crecer el dinero. Esta nueva realidad impulsó a muchas personas a considerar seriamente la inversión como una forma de asegurar su futuro financiero, además de reconocer la importancia de los seguros como una herramienta vital para la protección financiera ante situaciones imprevistas.
El acceso a créditos también experimentó un auge significativo, demostrando cómo la pandemia aceleró la adopción de servicios financieros digitales. Plataformas como Mercado Pago han visto duplicarse la cantidad de créditos otorgados a negocios en tan solo un año, un testimonio del papel crucial que la tecnología y las plataformas en línea han jugado en democratizar el acceso a las finanzas.
Con información de El Economista | Nota original