El presupuesto previsto para el desarrollo de la infraestructura del gigantesco yacimiento Zama en 2024 ha sufrido una drástica reducción del 94%, pasando de mil 243 millones de dólares a tan solo 69.8 millones de dólares. Esta disminución se debe a la necesidad de replantear la planificación del proyecto por parte de los operadores, Petróleos Mexicanos (Pemex) y Talos Energy.
En la tercera sesión extraordinaria del órgano de gobierno de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, se aprobó esta modificación, pero se emitió una recomendación para monitorear de cerca el proyecto, ya que podrían surgir retrasos en lo que se considera la «joya de la corona» petrolera del país.
Héctor Moreira, comisionado, expresó su preocupación ante esta modificación, señalando que podría haber desajustes en la planificación que afectarían los ingresos públicos en los próximos años.
Se proyecta una reducción de 185 millones de barriles en la producción para 2025-2026, lo que se traduciría en un impacto económico para el Estado mexicano de 30 mil millones de pesos, según Moreira. Sin embargo, Francisco Castellanos Páez, funcionario de la unidad técnica de extracción y supervisión de CNH, aseguró que el plan de desarrollo para la extracción sigue contemplando una inversión total de 9 mil 085 millones de dólares y que no es necesario ajustar la producción.
Los operadores del proyecto han ajustado su cronograma de trabajo para modificar la ingeniería FEED y las bases técnicas, pero el volumen estimado de recuperación de hidrocarburos se mantiene sin cambios. Se espera que la producción comercial regular del campo Zama comience en 2026.
Este campo, ubicado en aguas someras de la provincia petrolera de las cuencas del sureste del Golfo de México, es considerado una «mina de oro» para la industria petrolera en México, con proyecciones de ingresos superiores a los 30 mil millones de dólares para el Estado mexicano, según el Fondo Mexicano del Petróleo (FMP).
Con información de El Financiero | Nota original