La inflación en Japón registró un aumento al 2.8% en febrero, según datos oficiales divulgados el viernes, manteniendo este indicador por encima del objetivo del 2% establecido por el banco central para contrarrestar el estancamiento económico.
El incremento interanual en el índice de precios al consumo, que excluye la volátil evolución de los productos alimentarios frescos en Japón, coincide con las previsiones del mercado y representa un aceleramiento con respecto al 2% registrado en enero.
El alza en los costos del petróleo, alimentos procesados y tarifas hoteleras contribuyó al aumento de la inflación, aunque en parte fue compensado por la disminución en los precios del gas.
Durante años, el Banco de Japón ha implementado una política monetaria sumamente flexible con tasas de interés bajas para impulsar la inflación y evitar el riesgo de deflación en la cuarta economía más grande del mundo.
Este indicador ha alcanzado o superado el objetivo del 2% durante casi dos años.
Esta semana, el banco central puso fin a su política de tasas de interés negativas y aumentó por primera vez en 17 años un tipo clave, situándolo entre el 0 y el 0.1 por ciento.
Sin embargo, esta política de bajos intereses, en contraste con el aumento de tipos en otras grandes economías para combatir la inflación, ha llevado al yen a mínimos frente al dólar y al euro.
Con información de El Economista | Nota original