El Banco Mundial proyecta que la economía mexicana compensará la desaceleración económica global esperada para este año, apoyándose en transferencias sociales y un incremento en la inversión pública y privada, especialmente aquella asociada al nearshoring. Este pronóstico forma parte de las Perspectivas Económicas Mundiales y es particularmente relevante para el último año del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Según el informe, se espera que el Producto Interno Bruto (PIB) de México crezca un 2.6% en 2024. Esta tasa de crecimiento representa una moderación comparada con el 3.6% proyectado para 2023, cifra que será confirmada oficialmente por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) el 22 de febrero.
El Banco Mundial señala que la desaceleración anticipada para 2024 refleja en parte un entorno externo más débil. Sin embargo, se espera que esta situación sea parcialmente contrarrestada por un aumento en la inversión pública local y las transferencias fiscales destinadas a programas sociales. «Se espera que la inversión siga teniendo buenos resultados en medio de una creciente actividad de nearshoring», destacaron en el informe.
El pronóstico actual del Banco Mundial para el PIB mexicano en 2024 es más optimista que su estimación previa en junio del año pasado, que era del 1.9%, y está ligeramente por encima del consenso del mercado recabado recientemente por Citibanamex entre 27 grupos financieros y consultorías, que se sitúa en el 2.4%.
Además, la proyección del Banco Mundial para el PIB de México se acerca al límite inferior del rango esperado por el gobierno federal, que oscila entre el 2.5% y el 3.5%. Esta diferencia de perspectivas subraya la incertidumbre que rodea al entorno económico global y la influencia de las políticas internas en el desempeño económico de México.
Con información de El Economista | Nota original