México tiene el potencial para convertirse en un referente en el modelo de finanzas abiertas, pero aún enfrenta un obstáculo clave: la ausencia de un marco regulatorio robusto que permita explotar todas las ventajas del open banking. Así lo señaló la empresa de soluciones tecnológicas Sellcom, durante la presentación de su evento “Open Banking 2025”.
Edgar García-Barzanallana, líder del área de open banking en Sellcom, destacó que ya existen todos los elementos técnicos y operativos necesarios. “Lo único que hace falta es el marco legal que integre el ecosistema completo”, apuntó. Según el especialista, la tecnología y la infraestructura ya están listas para escalar.
En contraste con México, otros países ya muestran resultados tangibles. En Estados Unidos, más de 100 millones de personas han autorizado el uso compartido de sus datos financieros. Mientras tanto, en el Reino Unido, más de 10 millones de usuarios y empresas utilizan activamente servicios apoyados en finanzas abiertas.
García-Barzanallana puntualizó que no basta con que los usuarios den su consentimiento para compartir datos; es necesario fomentar un uso constante de herramientas que se apoyen en este modelo. En su opinión, México aún se encuentra en una etapa temprana de adopción, aunque con grandes oportunidades.
La Ley Fintech, publicada en 2018, ya sentó las bases del open finance en el país a través de su Artículo 76. Esta disposición permite el intercambio de datos agregados no sensibles. Un ejemplo de esto son las aplicaciones que ayudan a ubicar cajeros automáticos o sucursales bancarias desde el celular, sin importar el banco.
Fernando Beltrán, socio senior en Sellcom, explicó que aunque todavía falta por publicar la normativa secundaria que complemente esa ley, ya existen aplicaciones prácticas en el país. Desde hace años, tecnologías como las APIs han permitido que diferentes actores financieros intercambien información útil y segura.
A nivel internacional, se estima que casi un tercio de los productos financieros evolucionarán gracias al modelo de open finance. De hecho, las instituciones que implementen esta tecnología podrían ver un aumento del 10% en sus ingresos, impulsadas por una mayor eficiencia y nuevas fuentes de negocio.
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