El reporte del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) revela que la tasa de pobreza en el país alcanzó un preocupante 57.4% en enero pasado, marcando un récord en la serie histórica. Este notable aumento se atribuye en gran medida a la devaluación de la moneda y al consecuente incremento de precios de productos básicos, los cuales han erosionado considerablemente el poder adquisitivo de la población de ingresos medios.
Durante los primeros dos meses del gobierno de Milei, se ha observado una caída drástica en el poder de compra, lo que ha resultado en la inclusión de millones de personas en las estadísticas de pobreza en Argentina.
El informe de la UCA también pronostica un incremento en la cantidad de personas en situación de indigencia, que ha pasado del 9.6% en el tercer trimestre de 2023 al 15% en enero de 2024. Se destaca además que las políticas compensatorias han logrado mitigar parcialmente el impacto en ciertos sectores vulnerables, como aquellos que reciben asistencia social.
Analistas advierten que la situación podría deteriorarse en los próximos meses, dado que aún no se han implementado medidas para contrarrestar la disminución en los niveles de empleo y el estancamiento de los ingresos. El aumento en las tarifas y la persistente inflación también contribuyen a agravar la crisis económica y social que enfrenta el país.
El presidente Javier Milei no tardó en comentar tras la divulgación de los datos sobre el incremento de la pobreza en Argentina, proporcionados por el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA). El mandatario atribuyó la responsabilidad de este panorama preocupante a lo que llamó «la verdadera herencia del modelo de la casta».
«La verdadera herencia del modelo de la casta: seis de cada 10 argentinos son pobres. La destrucción de los últimos cien años no tiene parangón en la historia de Occidente», expresó Milei en su cuenta de la red social X el sábado por la noche, compartiendo la noticia publicada en el diario Ámbito Financiero.
Milei, un economista de tendencia libertaria, asumió la presidencia con la promesa de dolarizar la economía, poner fin a una inflación superior al 200% anual, eliminar el déficit fiscal y acabar con los privilegios de la clase política, a la que se refiere como ‘la casta’. Tras su asunción, el Gobierno impulsó una devaluación de la moneda local del 54.2%, pasando de 350 pesos por dólar a 830 pesos, lo que redujo los ingresos de los argentinos y provocó un importante aumento de precios. El Gobierno también implementó fuertes recortes en el gasto público, que incluyeron la reducción de subsidios a la energía y al transporte, así como un aumento de impuestos para alcanzar un equilibrio fiscal este año. El Ministerio de Economía informó que en enero se registró un superávit financiero de 620.7 millones de dólares.
Con información de El Economista | Nota original