La primera explicación proporcionada por el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), el operador del mercado eléctrico, sugiere que la salida de operación de una decena de centrales eléctricas y una disminución en la producción de energía en las plantas solares y eólicas pueden haber causado el apagón masivo registrado el 7 de mayo.
A las 17:04 del martes pasado, el sistema interconectado nacional fue declarado en estado de emergencia. En ese momento, el Cenace inició cortes en el suministro para tratar de equilibrar la oferta y la demanda. Se cree que el sistema experimentó un desequilibrio debido a la alta oferta, resultado de las recientes olas de calor, y a la salida de operación de al menos 1,668 megavatios.
El incidente habría comenzado alrededor de las 16:00 horas. Varias centrales de ciclo combinado, que funcionan con gas, habrían salido de servicio, resultando en una falta de 893 megavatios.
El Cenace atribuye el evento a lo que llama un «efecto de nubosidad» en el Bajío, que habría reducido la generación fotovoltaica en 380 megavatios y la generación eólica en aproximadamente 395 megavatios por debajo de lo esperado.
La reserva operativa del Cenace se encontraba por debajo del 3%, lo que obligó a interrumpir rotativamente el suministro eléctrico. Posteriormente, se registraron más salidas de operación y reducciones en la generación, lo que llevó a una segunda declaración de emergencia y más interrupciones, afectando hasta 2,610 megavatios, aproximadamente el 5.23% de la demanda del día.
El restablecimiento del suministro eléctrico comenzó a las 20:10 y se completó a las 23:00 horas. Ni el Cenace ni la Comisión Federal de Electricidad (CFE) han proporcionado una estimación del número de usuarios afectados.
Con información de Expansión | Nota original