Los mexicanos que reciben remesas de sus familiares en Estados Unidos experimentaron una ligera disminución en los envíos durante el mes de julio. Según datos del Banco de México, el flujo de remesas se ubicó en 5,614 millones de dólares, lo que representa una reducción tanto mensual como anual.
Esta desaceleración se explica en gran medida por el contexto económico de Estados Unidos, principal origen de las remesas que llegan a México. El enfriamiento del mercado laboral estadounidense, donde se concentra la mayor parte de los migrantes mexicanos, ha impactado el monto de dinero que envían a sus familias en el país.
Además, la alta base de comparación con los meses previos, especialmente junio que registró un flujo histórico, también ha contribuido a esta moderación. A pesar de esta desaceleración, el monto total de remesas recibidas en México durante los primeros siete meses del año sigue mostrando un crecimiento anual del 3%.
Este menor dinamismo en las remesas ha impactado el ingreso promedio de los hogares beneficiarios, que en julio se ubicó en 402 dólares por persona. Sin embargo, es importante destacar que a pesar de esta disminución, las remesas siguen siendo una fuente de ingresos fundamental para millones de familias mexicanas, especialmente en zonas rurales y con bajos niveles de desarrollo.