Casi el 70% de los vehículos fabricados en México se exportan a Estados Unidos, aprovechando los beneficios arancelarios del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Aunque la revisión del tratado está programada para 2026, el sector ya ha identificado áreas críticas en las que el país debe centrarse para proteger sus intereses.
- Marcas chinas:
Recientemente, Estados Unidos inició una investigación para evaluar si las importaciones de vehículos chinos representan un riesgo para su seguridad nacional, lo que podría resultar en posibles restricciones. Expertos advierten que este escenario podría repetirse, especialmente durante un período electoral.
Aunque marcas como BYD, Chirey y GWM han incursionado en México, interesadas no solo en conquistar el mercado local sino también en establecer la producción de vehículos destinados principalmente a la exportación, hasta ahora solo JAC ha comenzado a ensamblar vehículos en México, orientados principalmente al mercado local y sin exportación a otros países.
- Reglas de origen:
El T-MEC exige un 75% de integración de Valor de Contenido Regional para los vehículos fabricados en la región. Aunque México y Canadá obtuvieron un fallo favorable en un Panel de Solución de Controversias contra Estados Unidos en diciembre de 2022, la resolución aún no se ha implementado.
Este año, la USTR debe presentar un informe sobre el tema, para el cual la AMIA ha participado activamente. Es vital implementar esta resolución para asegurar la certidumbre del tratado y promover la inversión en la región.
- Acero y aluminio:
Discrepancias recientes entre Estados Unidos y México sobre importaciones y exportaciones de acero y aluminio han llevado a diálogos entre ambas partes. Se han creado fracciones arancelarias para buscar armonización, pero históricamente este tema ha sido delicado y ha resaltado la dependencia de China como proveedor.
Se necesita mayor coordinación en América del Norte para reducir la dependencia de importaciones de ciertos componentes y productos. Fomentar la inversión en proyectos de acero y aluminio en México o la región permitiría sustituir importaciones de otros países.
El desarrollo de estos tres puntos es fundamental para garantizar el bienestar del T-MEC, el tratado más riguroso del mundo en intercambio comercial relacionado con la industria automotriz. Mientras se cumplan los requisitos establecidos, no habría razón para que ningún país rechace la producción de los otros dos.
Con información de Expansión | Nota original