La popular marca de recipientes de plástico, Tupperware, ha anunciado una noticia que ha sacudido al mundo empresarial: se ha declarado en bancarrota. La compañía, fundada en 1946 y reconocida a nivel mundial por sus productos icónicos, ha iniciado un proceso de reestructuración financiera buscando asegurar su futuro.
En un comunicado oficial, Tupperware informó que ha presentado una solicitud de protección por bancarrota en Estados Unidos. Esta decisión se debe a las difíciles condiciones económicas que ha enfrentado la empresa en los últimos años, lo que ha impactado significativamente su situación financiera.
A pesar de los esfuerzos por modernizar sus operaciones y adaptarse a las nuevas tendencias de consumo, Tupperware ha concluido que la bancarrota es la mejor opción para garantizar la supervivencia de la marca. Durante este proceso, la compañía buscará vender su negocio, con el objetivo de encontrar un nuevo propietario que pueda impulsar su transformación digital y asegurar su relevancia en el mercado.
La deuda de Tupperware se estima en un rango de entre 1,000 y 10,000 millones de dólares, lo que ha dificultado su capacidad para operar de manera sostenible. A pesar de esta situación, la empresa ha asegurado que continuará operando y ofreciendo sus productos a los consumidores mientras se lleva a cabo el proceso de reestructuración.
La bancarrota de Tupperware marca el final de una era para una compañía que ha sido sinónimo de almacenamiento de alimentos durante décadas. Sin embargo, la empresa espera que este proceso le permita reinventarse y adaptarse a un mercado cada vez más competitivo y digitalizado.