El actual sexenio se ha caracterizado por la ausencia de una reforma fiscal que fortalezca las finanzas públicas. Esta situación, combinada con la debilidad de los ingresos, ha impactado negativamente en rubros esenciales como el gasto funcional en salud, que el año pasado sufrió recortes discrecionales sin precedentes.
Los expertos coinciden en que la falta de una reforma fiscal limita la capacidad del gobierno para atender las necesidades de la población. Jorge Cano, investigador de México Evalúa, mencionó que las finanzas públicas no están garantizando derechos ni la estabilidad económica.
El gasto en salud ha sido uno de los más afectados por la falta de recursos. En 2022, el gobierno gastó 800,347 millones de pesos en este rubro, lo que representa una caída anual de 3.4% y 6.9% menor a lo aprobado.
Este recorte es el mayor que se ha registrado en dos décadas y afecta principalmente a las personas sin seguridad social.
Mariana Campos, directora de México Evalúa, señaló que el gasto funcional en salud debería representar 6% del PIB, según las recomendaciones de la OMS. Actualmente, este porcentaje es de solo 2.5%, lo que significa que México debería invertir alrededor de 1 billón de pesos adicionales para alcanzar la meta.
Los especialistas insisten en la necesidad de una reforma fiscal integral que incluya responsabilidad hacendaria, mejore el gasto público y fortalezca las haciendas locales.
Esta reforma no solo permitiría aumentar los ingresos, sino también fortalecer la redistribución del ingreso, la formalidad y la justicia social.
En resumen, la falta de una reforma fiscal y la debilidad de los ingresos públicos están teniendo un impacto negativo en el gasto esencial en salud. Se necesitan medidas urgentes para fortalecer las finanzas públicas y garantizar el derecho a la salud de todos los mexicanos.
Con información de El Economista | Nota original