Perseguida por los cobradores de morosos de una hipoteca en el sur de China, Lei Xiaoyu, ex empleada del sector financiero, ya no contesta el teléfono mientras intenta retrasar lo inevitable.
“Aunque es mi único hogar, no quiero que lo embarguen, pero ¿qué puedo hacer?”, se lamenta la mujer de 38 años, quien perdió su empleo a finales de 2022 y dejó de pagar la hipoteca, así como la deuda de la tarjeta de crédito que contrajo para comprar una casa de 1.3 millones de yuanes (181,139 dólares) en Huizhou hace siete años.
“Siento que he malgastado mi juventud”, se arrepiente de la compra realizada hace siete años.
El número de personas en China en la situación de Lei es reducido pero está creciendo rápidamente, mientras la segunda economía mundial continúa con un crecimiento irregular y frágil debido a la crisis en el sector inmobiliario, la creciente deuda de los gobiernos locales y el temor a la deflación.
Según analistas, el aumento de la morosidad hipotecaria podría tener repercusiones negativas tanto en los precios de la vivienda como en la confianza del consumidor, complicando aún más los esfuerzos de China por impulsar la demanda de los hogares y establecer su economía sobre bases más sólidas.
El número de viviendas embargadas en China aumentó un 43% anual en 2023, alcanzando las 389,000 unidades, según China Index Academy, una importante empresa independiente de investigación inmobiliaria. Más de 50,000 unidades fueron embargadas en enero, un aumento del 64.4% respecto al año anterior.
“Esto tiene un cierto efecto de contracción del consumo y sirve como advertencia para evitar la inversión excesiva en bienes raíces”, declaró Nie Wen, economista de Hwabao Trust.
Lei no tiene dinero para gastar. El año pasado, ganó alrededor de 40,000 yuanes vendiendo productos a través de livestreaming, una cantidad insuficiente para pagar la hipoteca mensual de 4,200 yuanes y cubrir sus gastos básicos.
“La ropa que uso tiene cinco años, pero he subido de peso y muchas prendas ya no me quedan bien. Mi amiga me dio uno de sus abrigos viejos”.
Lo que más le preocupa es no poder mantener a su madre, quien vive con una pensión mensual de 3,000 yuanes.
Se avecinan más subastas
Los datos de China Index Academy muestran que en 2023 se subastaron un total de 99,000 unidades embargadas por un valor total de 150,000 millones de yuanes.
Duan Chenglong, director de Beijing Xiangpaipai Information Service, empresa especializada en ejecuciones hipotecarias, afirma que estas subastas fueron el resultado de litigios por deudas de entre dos y tres años de antigüedad, por lo que es probable que la tendencia se acelere.
“El entorno económico posterior a la pandemia de Covid-19 no ha sido favorable, y muchos han dejado de pagar sus hipotecas, entre otras cosas, debido a problemas laborales”, afirma Duan. “Todavía hay un desfase entre el volumen de inmuebles subastados y la cantidad de activos en dificultades”.
Más subastas en el futuro distraerán a los posibles compradores del mercado regular, lo que podría afectar los precios de las viviendas nuevas y usadas, explica Duan.
En algunas ciudades de China, algunas subastas de viviendas embargadas fracasaron.
Se estima que la proporción de préstamos hipotecarios morosos en el sector bancario chino es solo del 0.4%.
Con información de El Economista | Nota original