La Reforma Laboral de 2019, diseñada para fortalecer la representación sindical y democratizar los procesos de elección, está a punto de cumplir cuatro años desde su implementación. Sin embargo, los resultados hasta ahora son motivo de debate.
Uno de los hitos clave estaba programado para el 1 de mayo del año pasado: la validación de todos los Contratos Colectivos de Trabajo (CCT) en el país y la revocación de aquellos que no cumplieran con el proceso establecido.
Sin embargo, solo alrededor del 22% de los contratos completaron este proceso, dejando más de 108,000 sin validez, según datos del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral. La intención de la reforma era disolver los CCT, muchos de los cuales estaban controlados por grandes sindicatos, sin que los trabajadores tuvieran conocimiento de sus condiciones laborales, incluyendo salarios y prestaciones.
Alfredo Domínguez Marrufo, director del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, reconoce que ha habido avances en cuanto a la figura sindical, especialmente en el reconocimiento de que la permanencia de un sindicato depende de la elección de los trabajadores.
No obstante, la gran cantidad de contratos no legitimados podría ser un revés para la reforma, ya que deja la posibilidad de optar por negociaciones laborales individuales en lugar de colectivas. Esto puede resultar en avances menores para los trabajadores, ya que no existe un grupo que busque el bienestar común en los lugares de trabajo.
Willebaldo Gómez, experto en temas laborales, señala que la negociación colectiva permite equilibrar el poder entre empleadores y trabajadores, pero con contrataciones individuales, esta negociación se ve limitada.
En aquellos lugares donde los contratos han quedado sin vigencia, se observan tres escenarios: los sindicatos previamente formados buscan continuar con su representación sindical, los trabajadores forman sus propias agrupaciones o deciden quedarse sin representación.
Aunque esto último no implica la revocación de los acuerdos salariales y prestaciones, cierra la puerta a futuras negociaciones colectivas. Domínguez Marrufo enfatiza que se seguirán promoviendo los principios de la reforma, como elecciones libres y secretas.
Hasta ahora, ninguno de los candidatos presidenciales ha presentado propuestas en esta área, lo que sugiere que la continuidad de la reforma podría estar en duda.
Con información de Expansión | Nota original
