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Empresas familiares mexicanas enfrentan tormenta generacional por malas prácticas

Un estudio de IPADE y BBVA advierte que la mitad de las empresas familiares está en riesgo por conflictos internos. A pesar de buenos resultados económicos, la falta de planificación familiar amenaza su continuidad.

Un reciente informe del Centro de Investigación para Familias de Empresarios (CIFEM|BBVA) del IPADE Business School reveló una alerta crítica: el 50% de las empresas familiares mexicanas podría poner en riesgo su continuidad debido a la acumulación de malas prácticas familiares. Aunque no significa una desaparición inmediata, estas organizaciones están entrando en una zona de alta vulnerabilidad.

El estudio, titulado “Nivel de progreso de las Empresas Familiares para lograr su continuidad y armonía”, analizó la situación de 476 miembros de empresas familiares, de las cuales el 84% son micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). Solo un 4% de estas compañías se encuentra en un nivel adecuado de progreso, lo que refleja una preocupante falta de preparación para enfrentar los retos internos, especialmente en momentos de transición generacional.

Ricardo Aparicio Castillo, director del CIFEM|BBVA, subrayó que el problema no radica en el desempeño económico o administrativo de las empresas. “No es que estén dejando de crecer o que su operación sea deficiente, al contrario, muchas muestran buenos resultados. El riesgo está en la dinámica familiar que, si no se atiende, puede desencadenar una verdadera tormenta cuando llegue el momento de la sucesión”, explicó.

Los datos del informe reflejan esta paradoja. Aunque el 78% de las empresas reporta crecimiento en ventas y el 74% indica un aumento en su patrimonio, persisten tensiones familiares que podrían poner en peligro estos logros. Para Aparicio, esto demuestra que la fortaleza económica no siempre va de la mano con la armonía interna.

Alfonso Bolio Arciniega, profesor del IPADE, comparó la situación con problemas de salud no tratados: “Es como tener presión alta o prediabetes y no hacer nada al respecto. Las señales de advertencia están ahí, y si no se actúa, el problema se complica con el tiempo”, comentó.

Una de las áreas más críticas es la sucesión. El informe revela que el 53% de las empresas familiares no cuenta con procesos establecidos para el relevo generacional. Solo el 5% tiene planes definidos y un 23% ha comenzado a proyectar a futuro. Aunque un 15% de los actuales directores generales contempla retirarse pronto, la falta de estructura amenaza con convertir ese paso en una fuente de conflicto.

Para salir de la zona de riesgo, los expertos recomiendan mejorar la comunicación familiar, establecer una visión común a 3, 5 y 10 años, e implementar protocolos claros para la sucesión. Según Aparicio, “cuando la familia está bien integrada, la empresa tiene ventajas competitivas únicas: compromiso, visión a largo plazo, orgullo y confianza. Pero cuando la familia está mal, todo ese capital simbólico se vuelve una carga”.

El llamado es claro: si las empresas familiares desean asegurar su permanencia y legado, no basta con tener buenos productos o finanzas sanas. Es imprescindible fortalecer la estructura familiar y profesionalizar los procesos internos, especialmente de cara al cambio generacional.

Este artículo ha sido elaborado a partir de información publicada en La Jornada. Para leer la nota original, visita: Problemas familiares ponen en riesgo de desaparecer al 50% de las empresas mexicanas

El contenido ha sido parafraseado con el propósito de informar. Todos los derechos del texto original pertenecen a EL ECONOMISTA y a su autor.

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