El informe del Banco Mundial sobre el posible impacto de la guerra en Gaza en la economía global destaca varios puntos clave. Primero, subraya la preocupación de que una escalada del conflicto en Oriente Medio pueda desestabilizar aún más el mercado del petróleo, potencialmente empujando los precios del crudo Brent por encima de los 100 dólares el barril si el conflicto se extiende. Esta situación contrasta con una proyección más controlada de 84 dólares por barril en 2024 si las tensiones se mantienen circunscritas a Gaza.
La persistencia de precios elevados del petróleo tiene el efecto de mantener altas otras materias primas, lo que contribuye a una inflación más resistente de lo previsto. Esta situación complica los planes de los bancos centrales, como el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de EE. UU., que podrían verse obligados a mantener las tasas de interés altas por más tiempo para contrarrestar la presión inflacionaria.
El Banco Mundial también anticipa que, incluso sin el conflicto, los precios de las materias primas se estabilizarán y sólo verán una disminución moderada en los próximos años, lo que no alivia completamente las preocupaciones sobre la inflación. Esta perspectiva indica que la inflación no será «vencida» rápidamente y que las expectativas de una disminución de las tasas de interés pueden tener que ajustarse hacia un horizonte más lejano.
Finalmente, el informe subraya el riesgo de que mantener tasas altas durante un período prolongado podría precipitar crisis de deuda en países ya vulnerables, lo que podría tener repercusiones significativas para la estabilidad económica global. Este escenario resalta la delicada balanza que enfrentan los formuladores de políticas económicas en un contexto de incertidumbre geopolítica y desafíos económicos interconectados.
Con información de El Economista | Nota original